Deep Purple o la legítima gerontocracia rockera.

No tengo demasiado tiempo para detenerme a escribir un post en condiciones, así que voy al grano. Tres días más tarde del nacimiento de mi primogénito se puso a la venta el nuevo cd de estos dinosaurios del rock, "Now What".Y como en los últimos meses he profundizado mucho en su discografía, le di una escucha a los samplers de Itunes. La cosa me convenció, así que aprovechando la enésima visita de familiares, me escabullí para comprarlo.

Todavía no he podido escucharlo del tirón pero, a trompicones, he podido completar varias audiciones y mi veredicto es claro: los grandes siempre serán grandes. Maldita sea, cuánto tienen que aprender las nuevas bandas de los verdaderos músicos del ROCK, así con mayúsculas. Es un discazo de cojones. Eso sí, su ritmo es reposado, así que requiere, no calma, pero sí paciencia. Muy, muy recomendable para los que disfrutamos de la pericia musical y el derroche de virtuosismo al servicio de la canción.

Ves las fotos y te das cuenta de que no hay nadie más rockero que ellos. Si el rock es cuestión de actitud, tiene mucho más mérito serlo rondando los 70 años. Lo fácil es ir de rocker cuando tienes 25. Lo de esta gente, lo de los Rolling o el tito Coverdale es real. Es una actitud vital. Por algo son los más grandes.

La prueba de que la clase no tiene edad...

Ellos son el verdadero espíritu del Rock. La gerontocracia que sigue liderando el panorama musical y, cada cierto tiempo, tienen a bien librarnos de la mediocridad y la pose que lo caracterizan. Y estoy seguro de que cuando ya no estén seguirán siendo un referente indiscutible. Tan seguro estoy de ello que, de no ser porque para entonces mi hijo tendrá un par de meses y todavía será pronto para ignorar la responsabilidad, no dudaría en coger el petate y largarme al festival de Lucca (¿era Lucca?) donde este año vuelven a tocar.

Por eso, gritad conmigo, Hijos de Vandenberg:

¡Larga vida al Rock!
He dicho.