jueves, 3 de febrero de 2011

Reseñas. Ten. Stormwarning.


Hace ya dos semanas más o menos que convivo con el nuevo disco de Ten, Stormwarning. Y qué mejor cuestión que esta para volver del ostracismo y dejar uno de mis largos y aburridos posts. Trock ha vuelto. Que tiemble internet.

Imagino a todo el mundo enterado de que Gary Huges es mi heroe musical. Me resulta admirable su capacidad compositiva, la calidad de sus canciones, el detalle con el que cuida cada pequeño aspecto de su música y, por supuesto, su peculiar forma de cantar. Peculiar porque no parece para nada un cantante de Hard Rock. Gary tiene una voz suave y grave que sería más adecuada para cantar pop o incluso soul. Pero ahí lo tenemos, cantando rock y demostrando que no hace falta ser un chillón para interpretar correctamente canciones de este género que amamos.
La portada del nuevo disco, obra de Luis Royo.

Ten llevan cinco años fuera de escena, más dados por muerto que defenestrados. Realmente nunca hubo una noticia oficial que confirmara la desaparición de la banda. La asumimos debido a la falta de noticias. Y ahora el señor Huges decide ponerse las pilas y demostrarnos que aun le queda vida por delante. Con una formación renovada casi por entero, Ten vuelven con un album muy cercano en cuanto a sonido y calidad a los clásicos por los que serán recordados dentro del Hard Rock Melódico.

Después de la marcha de Vinny Burns (responsable del 50% del sonido del grupo), Ten vagaron sin rumbo, sacando un par de discos que fallaban al intentar capturar la magia del pasado. Estaba claro que lo que necesitaban era tiempo. Y aquí está la prueba. Stormwarning, que es como se llama su nueva obra, es muy buen disco. Como he dicho, muy cercano a lo que se espera de ellos.
Los nuevos Ten (de izquierda a derecha: Neil Fraiser, Paul Hodson, John Halliwell, Gary Hughes y Mark Summer). Por cierto, que mal han tratado los años a Gary. Y la vida, a juzgar por lo que puede leerse en el libreto del cd...

Pero vamos por partes. Lo primero a destacar es el sonido. Huges se ha dejado de cabezonería, ha aceptado que su trabajo como productor deja mucho que desear, y ha contratado a Dennis Ward para realizar estas labores, que consigue un sonido limpio y sólido, posiblemente el mejor que han tenido nunca.

Lo siguiente a destacar sería, por supuesto, las canciones. Todos los temas se mueven en un medio tiempo, más o menos rockero, pero sin acelerarse demasiado. En un principio, esto resulta un tanto chocante, pero lo cierto es que a la segunda escucha, cuando sabes qué vas a encontrarte, empiezas a saborear el disco y poco importa ya el tempo de las canciones. Lo importante es que son muy buenas. Las mejores que han hecho en mucho tiempo, con melodías típicas de la banda y estribillos muy pegadizos. Hay épica, hay emoción, y hay solos brutales. No se puede pedir más.

Esta vez, por cierto, solo hay una balada. Y se agradece, porque en los últimos discos habían comenzado a resultar un tanto repetitivas. Aun así, recorre toda la obra un aroma melancólico desconocido hasta ahora en el trabajo del grupo. Esto hace que resulte, quizá, su disco más maduro, más introspectivo (dentro, por supuesto, de lo que son y representan Ten).
Esto no tiene nada que ver con Ten, pero me ha salido en el google buscando "Stormwarning" y mola bastante.

Por último habría que hablar de la banda. Los nuevos miembros se han ajustado muy bien al sonido del grupo y Neil Fraiser resulta ser un guitarrista muy "Ten", mucho más de lo que fuera Chris Francis.

En definitiva, estoy contento. Stormwarning es un album que devuelve a los mejores Ten. Gary Hughes promete una continuación antes de que termine el año. Esperemos que sea así y hayan vuelto para quedarse, aunque sea unos añitos. Yo os dejo con el video de la versión editada para la radio del primer tema del album, Endless Symphony . La versión del disco dura 7 minutos y en la editada se pierden algunas de las mejores partes, pero aun así, resulta un buen tema.

Se despide:
Trock.

1 comentario:

NvN dijo...

ummmm...no está nada mal este último disco, sí señor, un poquito de caña, eso sí, la justa, y nada de mierdas pasteleras, como era obligación en sus anteriores LP´s...me gusta...