martes, 23 de febrero de 2010

El Manifesto Vandenberg III. La Refundación.

Cuenta el Antiguo Testamento que dios ordenó a Moisés golpear una piedra con el bastón.

La finalidad de tan prosaico mandato escondía un trasfondo más poético: según el dictado del señor, que no hay que poner en duda nunca por ser eso, el señor, al hacerlo brotaría agua de la roca. Recordemos que, por entonces, el antiguo Pueblo de Israel se hallaba inmerso en una ardua travesía por el desierto en busca de la Tierra Prometida, así que no iba a venirle mal el refresco. El caso es que, aunque el liberador se permitiera un fatal momento de duda (fatal para él, porque fue castigado a no ver jamás la Tierra Prometida, algo que nos daría pie a disertar sobre el alto concepto de si mismo que tienen los seres omnipotentes, pero claro, ni es el momento ni el lugar...), las cosas sucedieron tal y como lo dijo Yahvé.

Podrían pensar ustedes, lectores ocasionales o fieles seguidores, que en nada concecta la citada parábola con los objetivos de este blog. Y se equivocarían. Porque los sucesos del antiguo Pueblo de Israel son un paralelismo de la situación de los Hijos de Vandenberg. También nosotros salimos de Egipto plenos de esperanzas en los lejanos tiempos de creación de este blog. También nosotros sufrimos la terrible travesía por el desierto: un largo periodo de inactividad en el que perdimos a dos de nuestros miembros. Y también nosotros hemos golpeado la roca para extraer agua. Pero eso sí, nosotros no hemos dudado.

Todo esto viene al caso del comentario encontrado de manera inesperada en el ya lejano Manifiesto Vandenberg, una de las primeras entradas del blog, y del que reproducimos aquí un extracto:

Hola, mi nombre es Fernando. Soy de Bahía Blanca, Argentina, y creo que Adrian Vandenberg fue Whitesnake. Sin él, la banda no es ni la mitad de lo que era, por su buen gusto para tocar, por su sentimiento en cada nota, por su humildad...

Para los Hijos de Vandenberg, este descubrimiento ha sido esencial. No es solo agua. Es maná caido del cielo. Es la prueba que esperábamos de que nuestra labor sirve para algo. Por eso desde aquí llamamos al resurgimiento de nuestro movimiento sobre cimientos más nuevos y sólidos que nunca. Nada se ha perdido, amigos. Al contrario, todo está por ganar. Desde aquí proponemos la nueva regla de nuestra comunidad, para nada extraña a Vandenberg: la Refundación. El empezar de cero aprendiendo de los errores del pasado. Sea este rincón del ciberespacio un lugar de segundas oportunidades, el sitio que abrace y cobije a todos aquellos que por azar del destino ven esfumarse sus esperanzas.

Recoged los sueños rotos, niños perdidos: los Hijos de Vandenberg han vuelto para cuidar de vosotros.

Para eso y para lo que nos de la gana.
Que para eso es nuestro blog.

1 comentario:

NvN dijo...

Refundados quedamos amigos míos !!!

A ver hasta cuando...