Toma ya.
Con dos narices. No solo me saco de la manga un Melodías Desencadenadas a estas alturas de la película, si no que encima lo dedico a los renegados del Rock español por excelencia: M-Clan. Si esto no es temeridad, que baje dios y lo vea.
Antes de que mis colegas de blog me odien (o para hacer que me odien más, todo es posible) aclararé el por qué de mi decisión: creo urgente una reconsideración de nuestra postura hacia el grupo murciano. Me explico: los M-Clan fueron y siguen siendo uno de los mejores grupos de rock españoles. No digo más.
Mclan a día de hoy: Carlos Tarque (voz), Ricardo Ruiperez (guitarra), Pascual Saura (bajo), Juan Antonio Otero (batería) , Alejandro Climent (teclados)y Priscus (guitarra solista).
Para el que no entienda la polémica. Cuando NvN le dio a conocer a un servidor la existencia del grupo, allá por 1996, Mclan eran un ejemplo del más clásico rock duro. Su primer album, Un Buen Momento, era un sorprendente trabajo que exudaba musicalidad por los cuatro costados, muy influenciado por el rock sureño de grupos como Lynyrd Skynyrd o Black Crowes. Un año después, publicarían Coliseum, su disco más rockero, en el que se convirtieron en el sucedáneo español de los Whitesnake más setenteros. Fue hacia el final de la gira de este disco cuando Satan Rocker, Sawwyer y un servidor los vimos en directo ascendiéndolos a la gloria de nuestros héroes musicales.
Decidme si esta canción no podría cantarla mr. Coverdale.
Poco después empezaría el cambio. Hartos de ser considerados imitadores de otros grupos, los murcianos comenzaron a buscar su propio estilo. Y aunque eso en aquel momento conllevó que los criticásemos dúramente, e incluso que renegáramos de ellos, ahora he descubierto la valía de su decisión y la calidad de los discos que sacaron desde entonces. Diferentes, eso seguro, pero nunca malos.
Usar y Tirar, fue un cambio demasiado brusco, pero posiblemente ahora sea para mi su mejor disco. Lleno de canciones acústicas, temas pop, baladas y cañonazos rockeros. Peca, quizá, de demasiada eclecticidad, pero contiene algunas de mis canciones favoritas de ellos (Quédate a dormir, Mujer Norteña). Y curiosamente, la que menos me gusta, su versión de Llamando a la Tierra.
Le seguiría un disco acústico, Sin Enchufe, que muestra la gran calidad que como músicos tienen los miembros del grupo. En este momento despidieron al guitarrista principal, Santiago Campillo, y fue cuando su música acusó un cambio más pronunciado. Desde entonces, los murcianos han fabricado un sonido propio, a medio camino entre el pop y el rock, pero siempre lleno de calidad. Es imposible negar la capacidad compositiva que tienen. Defectos Personales, su siguiente disco, es quizá el más flojo, pero aun así tiene auténticos cañonazos (Antihéroe, El General). Sopa Fría es un disco mucho más coherente, muy comercial y con solo un bajón (la homónima Sopa Fría, mi segunda canción más odiada de ellos), conteniendo ese temazo que es Hasta la Vista Rock 'n' Roll.
Independientemente de la caña, esta canción es la hostia. Y que alguien diga lo contrario, leñe.
Le sigue Memorias de un Espantapájaros, a día de hoy mi segundo disco favorito del grupo. En esta ocasión se trata de un trabajo tremendamente maduro, en el que dejan de lado el pop para centrarse en un rock casi acústico y con letras muy profundas. Con este disco, los murcianos han afianzado su propio sonido, prácticamente inconfundible dentro del pobre panorama musical hispano. Y aunque se critique su alejamiento del rock más cañero, reivindico desde aquí la originalidad y calidad de sus canciones, que los colocan por encima de la media dentro de lo que suele escucharse en la radio actual.
Lo mismo de antes me vale para esta. ¿De verdad hay alguien a quien no le gusta?
Perdonadles sus devaneos pop, obligados para sobrevivir en la radiofórmula. M-clan son la mejor banda de rock comercial española.
He dicho.
Hala, apedrearme.