Un día de mierda. Trock.

Perdonad mi franqueza, pero hoy es un día de mierda.

Uno de esos días en que, si no fuera porque está feo (la ley, el respeto a los demás y todo eso), sacaría los ojos a alguien y se los metería por la zona más sombría de su cuerpo. El problema, no obstante, viene de que, con toda probabilidad, la persona que más se merece eso soy yo mismo.

Me explico: he tenido un encontronazo bastante, bastante desagradable con una alumna y su madre que iban en busca de un aprobado en los despachos. Y lo peor de todo es que se han agarrado a un error que yo he cometido por novato. Al final, creo y espero, hemos llegado a un acuerdo, pero la conciencia es la conciencia, y no deja de repetirme una y otra vez el error que he cometido. Pero bueno, nadie ha dicho que los Hijos de Vandenberg seamos unos cobardes. Más bien al contrario: somos valientes. Y como hombres valientes afrontamos nuestras meteduras de patas y tratamos de aprender de ellas. Así que en ello ando, tratando de relajarme lo suficiente como para que deje de dolerme la cabeza, y repitiéndome a mi mismo que, al menos, he aprendido la lección: todo lo que digas delante de un alumno y/o sus progenitores será utilizado en tu contra. Y, sobre todo, esperando ser lo suficientemente inteligente como para saber perdonarme a mi mismo.

Mientras compruebo si es cierto que he aprendido o no, os dejo con una canción que he descubierto hoy. Too Hot, de Krokus. No conozco al grupo (esperaré a los comentarios del maestro NvN, que seguro sabe quienes son), pero por las pintas deben tener ya una larga carrera a cuestas. En todo caso, a falta de comprobar si es representativo de su estilo, este tema es un fino ejemplo del Hard Rock de toda la vida: sencillo y directo. Influencias de Ac/Dc y buen rollo incorporado. ¿Se puede pedir más?

Se despide, cabreado con el mundo y, sobre todo, consigo mismo:

TROCK.