viernes, 25 de julio de 2008

Estelas de papel. La Sociedad de la Justicia.

En la antigüedad, las estelas eran monumentos conmemorativos, hechos en piedra, en los que, por lo general, se recogían alabanzas a dioses, a reyes muertos o incluso una semblanza de algún personaje importante y las hazañas que realizaron. Podían tener un carácter funerario o, simplemente, respondían al deseo de ensalzar a alguien destacado de la comunidad. A un héroe.
Hoy en día sería un poco absurdo dedicarnos a hacer este tipo de alabanzas. ¿De quién las hacemos? ¿De los futbolistas? ¿De los rockeros? ¿De los políticos? Ninguno de ellos responde, precisamente, al ideal de héroe abnegado y altruista, ¿cierto? De alguna manera, vivimos en un tiempo donde los héroes han muerto. Hoy en día nadie da nada a cambio de nada. Prima el interés. Por eso, quizá, buscamos refugios en mundos de papel más ingenuos y maniqueos, en universos inexistentes donde todo es más fácil y donde el altruismo sigue siendo un valor en alza. Sabemos que no son ciertos, ni tan siquiera queremos lo sean. Pero aunque sea por escasos momentos, nos gusta imaginarnos en un mundo donde hay quien decide sacrificarse por el bien común.
Por eso leemos comics de superhéroes.
Y por eso creo adecuado realizar una semblanza de esos personajes. De héroes que encarnan, de una manera ingenua e inocente, lo mejor del ser humano.




Esta vez voy a hablar del primer grupo de super héroes: La Sociedad de la Justicia de América. Y para quien no los conozca, diría que si en las academias de policía los agentes más veteranos instruyen a los más jóvenes, la JSA (como se la conoce habitualmente) equivalen a esos agentes veteranos en el mundo de los comics DC. Ellos son los encargados de hacer de los héroes novatos todo unos profesionales. Son los primeros super héroes que conoció el mundo, allá por los años de la Segunda Guerra Mundial, y como tal, son la inspiración de todos los que vinieron después.
El por qué tantos años después siguen siendo relativamente jóvenes (rondando los 60 la mayoría), es una historia muy larga para ser narrada aquí, pero lo cierto es que los miembros de la JSA constituyeron el primer grupo de superhéroes de la historia. Interna y externa. Quiero decir que, además de serlo dentro de los comics, fueron los primeros personajes de este tipo que se crearon tras el éxito de Superman y Batman en los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial. Y como hijos de su época, los componentes de la JSA son gente corriente, con o sin poderes, pero con una gran voluntad de ayudar que, por esa ingenuidad propia de las historias de papel, un día adoptaron una segunda identidad que los convertiría en leyenda. Como he dicho son hijos de su tiempo, y entre ellos podemos mencionar a Hourman (mi favorito), Hawkman, el Átomo, Dr. Destino, El Espectro, Sandman, el Flash original, el primer Green Lantern o Wildcat.
Editorialmente responden a la necesidad de reflotar los cómics de superhéroes en un momento (tras la Segunda Guerra Mundial) en que van de capa caida. Quizá por ello, aunque en un principio se renegase de la idea, terminaron por incorporar a sus filas a Superman, Batman y a Wonder Woman.



La JSA original (de izquiera a derecha): el Átomo, Sandman, Espectro, Flash, Hawkman, Dr. Destino, Green Lantern y Hourman.


Mucho tiempo ha pasado desde entonces, muchas decisiones editoriales y muchos personajes. Pero la JSA sigue estando ahí, como dijera el propio Superman, para inspirar a los héroes más jóvenes. Y perviven porque ejemplifican una de las características más atrayentes del universo DC: el concepto del Legado. Los héroes se hacen viejos o mueren. Pero su manto y su leyenda nunca lo hará porque pasan a otro, familiar o no, que adopta el nombre y la decisión de mantener intacta su misión. Y la JSA se encargará de entrenarlos para que puedan llevarla a cabo.
En todo este tiempo, los héroes DC han evolucionado y nuevas generaciones han venido a ocupar su lugar (ha habido tres Flash o innumerables Green Lantern, por ejemplo), pero la JSA, con casi todos sus miembros originales intactos, continúan al pie del cañón, manteniendo intacta la esencia del universo DC y haciendo de sus héroes verdaderos titanes.
Alguien dijo una vez que la diferencia ente los héroes Marvel y DC es que aquellos son humanos, con sus defectos y virtudes, y estos verdaderos dioses. Y la JSA, quizá los héroes más humildes de todos, son los encargados de hacerlos ascender a los cielos. Por eso me gustan, porque encarnan toda la magia y la tradición de un mundo verdaderamente maravilloso.

Y por el mensaje que su sola existencia transmite: la posibilidad, siempre viva, de ser mejores de lo que somos.

La actual formación de la JSA(de izquierda a derecha): el segundo Starman, Power Girl, Thunderbolt, el tercer Sandman, Mr. Terrific, el tercer Átomo, Flash, la segunda Tornado Rojo, Hawkman, Wildcat, Dr. Medianoche, Green Lantern, el segundo Hourman, la segunda Liberty Bell, el tercer Comandante Acero y Star Girl.

3 comentarios:

Sawwyer dijo...

Hummm... yo leo comics poque busco buenas historias como en otros medios como el cine o los libros y los superheroes son solo otro tema mas sobre el que contar historias. No niego que el envoltorio puede ser simple e incluso infantil pero eso se debe a que el comic de superheroes tiene demasiadas reglas que cumplir, haciendo que el autor siempre se quede al limite de lo que realmente le gustaria contar.

Sawwyer dijo...

He dicho x2.

TRock dijo...

Ya, hombre. Era una licencia poética. Pero eso sí, no estoy de acuerdo en que el género de super héroes tenga más reglas que el resto. De hecho, considero que es al revés. El género negro o el romántico tienen muchas más reglas que seguir. Por eso creo que el super heróico es un "género de géneros" en el que cabe todo: desde la ciencia ficción al romance pasando por el terror, el género negro o el costumbrismo. Por supuesto, como en todo, depende de la pericia del autor de turno.
Y lo de la ingenuidad y eso hacia mención a una época en concreta en que los comics eran muy, muy ingénuos. Al menos los de super héroes.