Champiñones y un leve parecido a cine.

Permitidme que interrumpa la programación de este nuestro blog para relatar una historia de puro terror.

El caso es que acabo de volver de los infiernos. Literalmente. Y realmente dudo de que parte de mi cuerpo, e incluso mi cerebro, no sigan instalados en un terrible y yermo páramo rodeado de azufre y llamas tan altas como gigantes, bajo un cielo gris ceniza que apenas recuerda la luz del sol. ¿Y a qué se debe esa visita al reino de los hades? A algo tan simple y prosaico como unos champiñones.

En efecto. Unos champiñones. Y creedme que la visión de la vida cambia por completo cuando esta se ve alterada por tan insignificante tubérculos. Quiero decir, ¿cómo podemos confiar en un mundo donde hasta los champiñones son nuestros enemigos? Estamos rodeados de sombras y no sabemos por donde surgirá la amenaza.

El caso es que, por una de esas circunstancias que surgen cuando uno vive en pareja y a la vez disfruta de un gozoso periodo vacacional, me encontré en la tesitura de cocinar unos champiñones salteados. Y yo, desconocedor de los peligros que encierra la misma madre naturaleza, los cociné y los comí con la ingenuidad de quien todavía confía en la bondad del universo. Terrible error. Desde entonces y hasta prácticamente ayer, sufrí el horror en forma de intoxicación alimenticia. ¡Qué horribles visiones contemplé en mi delirio (y que explicaré en otra entrada si mis compañeros de blog me lo permiten)! ¡Qué castigos sufrí en mi agonía! Pero por suerte (y por los amorosos cuidados de mi compañera), logré sobrevivir.
En mi convalecencia, tuve a bien endulzarla con el visionado de dos películas: “Sweeny Todd” y “Cassandra’s Dream”. También con una salida al cine, pero de eso hablaré más adelante. Madre de dios... Aun sigo intentando discernir si fue realidad o parte del delirio. Cassandra’s Dream tiene un pase. Es Woody Allen. En horas bajas pero Woody Allen. Ahora, en cuanto a Sweeny Todd...¿Quién le dio a Tim Burton la idea de rodar un musical? Es literalmente insufrible. Dejando a un lado lo mínimo que a este director (cuya imaginería visual, por otro lado, me fascina) le gusta desarrollar a los personajes y que Johnny Deep siempre hace bien sus papeles, ¡apenas hablan! ¿Quién tiene ganas de tragarse dos horas de canciones seguidas? Quiero decir, si ya de por si es bastante surrealista el hecho de que en los musicales la gente comience a cantar repentinamente en mitad de una conversación (“no.vanderberg.no” , deberíamos dar a conocer aquí nuestro musical “Look At The Palm Of Your Palm”), que canten cuando deberían hablar y de vez en cuando dejen de hacerlo da, directamente, bastante grima. Si al menos las canciones fueran decentes...

Sea como sea, lo cierto es que me llevo una nueva decepción con Tim Burton. Creo que, excepto “Batman”, “Eduardo Manos Tijeras” y “Big Fish”, todo lo demás es terrible. Es un director visualmente impecable, pero sus películas están casi vacías. Apenas hay contenido. Es como el último disco de Whitesnake, por cierto: mucha presencia de las guitarras, una producción de lujo y unas canciones que aburren a la segunda escucha.

También, como dije, fui al cine a ver la última versión de “Hulk”. Y de verdad que no entiendo por qué la gente dice que es mejor que la de Ang Lee. Personalmente considero que es bastante peor. No es más que dos horas de hostias sin sentido, sin desarrollo de personajes y casi sin argumento. Aquella, por lo menos, terminaba por ofrecer una visión diferente de las películas de super héroes.

Joder, de todo lo que he visto en apenas tres días, solo “Cassandra’s Dream” tiene un leve parecido a cine (aunque mi pareja opine todo lo contrario).
De cualquier manera, lo cierto es que se acabó. Y aunque desde ahora los champiñones son mi mortal enemigo, debo reconocer que, posiblemente, el problema residiera en el hecho de que ni tan siquiera los lavé para cocinarlos.

Que no, que vivimos en un mundo oscuro y peligroso.

Suerte que ya llega El Caballero Oscuro para salvarnos.

p.d.: Vamos, Sawwyer, espero que rebatas mis opiniones.