Ni siquiera para aquellos que seguimos a Journey desde hace relativamente poco, Steve Perry resulta una voz fácil de olvidar. El cantante californiano tiene (o tenía, me temo) un tono verdaderamente característico, dulce y potente al mismo tiempo, de múltiples tesituras que lo convierten más en un cantante R&B y Soul que en un cantante de Rock. No en vano, si hay algo que a los amantes del A.O.R. nos atrae de Journey, al menos del Journey de los años “Perry”, es precisamente eso: es música rock con un toque R&B que la hace casi distinta al resto. Por eso resulta una misión verdaderamente complicada sustituir a la que, durante muchos años, fue la voz de Journey.
No fui consciente de la existencia de este grupazo hasta varios años después de su segunda ruptura con el cantante, por lo que las polémicas que siguieron su salida me son ajenas y no pienso tenerlas en cuenta. Fueran cuales fuesen los motivos, lo cierto es que Journey no volvió a levantar cabeza. Steve Augieri no es un mal cantante, de hecho es bastante bueno, pero su voz no es tan cautivadora, y “Arrival”, en mi humilde opinión (contraria a la mayoría, me temo), no es un mal disco, pero le falta mucha magia. Solo algunos temas (“Higher Place” o “I Got A Reason”) desprenden la chispa necesaria para llamar la atención. “Generations”, por su parte, aunque lo considero en general un disco mucho más original, difería demasiado de la “fórmula Journey” y dejó a los seguidores insatisfechos. Luego vinieron los problemas de garganta de Augieri y su sustitución por Jeff Scott Soto, con el que Sawwyer y yo los vimos en directo quedándonos muy contentos. Con él parecía que la banda había adquirido un aire nuevo, diferente pero al mismo tiempo similar, y se avecinaban tiempos mucho mejores. Entonces llegaron su precipitada salida de la banda y los rumores sobre un pequeño cantante filipino que Neal Schon (guitarrista de la banda) había visto en Youtube. Los fans se echaron las manos a la cabeza. El fin de Journey parecía cercano. Quién iba a decir que lo que esperaba sería, al menos, su mejor disco desde el lejano “Frontiers”.
“Revelations” ha cogido a propios y extraños por sorpresa. Compuesto en su totalidad por Neal Schon y Jon Cain (teclista), contiene tanta magia como cualquiera de los discos de los años “Perry”. Y la voz de aquel pequeño filipino...¿Qué decir de esa voz? Prácticamente me deja sin palabras. Arnel Pineda es la mejor voz que ha pasado por la banda desde el que todos ya sabemos sin lugar a dudas. Es potente, es suave, es dulce y agresiva... Es, en una palabra, increíble. No he tenido el placer de verlos en directo con su nueva formación, pero quien lo ha hecho habla maravillas del nuevo cantante. Yo, que solo puedo juzgar por lo oido en el disco, me quito el sombrero ante él. Siendo como son grandes composiciones, estoy seguro de que ninguna brillaría tanto de no ser por su vozarrón impresionante. Aun así, dejándolo a él aparte, las canciones del disco son una verdadera maravilla. Absolutos clásicos que de haber sido paridos en los 80 se hubieran convertido en éxitos indiscutibles.
No fui consciente de la existencia de este grupazo hasta varios años después de su segunda ruptura con el cantante, por lo que las polémicas que siguieron su salida me son ajenas y no pienso tenerlas en cuenta. Fueran cuales fuesen los motivos, lo cierto es que Journey no volvió a levantar cabeza. Steve Augieri no es un mal cantante, de hecho es bastante bueno, pero su voz no es tan cautivadora, y “Arrival”, en mi humilde opinión (contraria a la mayoría, me temo), no es un mal disco, pero le falta mucha magia. Solo algunos temas (“Higher Place” o “I Got A Reason”) desprenden la chispa necesaria para llamar la atención. “Generations”, por su parte, aunque lo considero en general un disco mucho más original, difería demasiado de la “fórmula Journey” y dejó a los seguidores insatisfechos. Luego vinieron los problemas de garganta de Augieri y su sustitución por Jeff Scott Soto, con el que Sawwyer y yo los vimos en directo quedándonos muy contentos. Con él parecía que la banda había adquirido un aire nuevo, diferente pero al mismo tiempo similar, y se avecinaban tiempos mucho mejores. Entonces llegaron su precipitada salida de la banda y los rumores sobre un pequeño cantante filipino que Neal Schon (guitarrista de la banda) había visto en Youtube. Los fans se echaron las manos a la cabeza. El fin de Journey parecía cercano. Quién iba a decir que lo que esperaba sería, al menos, su mejor disco desde el lejano “Frontiers”.
“Revelations” ha cogido a propios y extraños por sorpresa. Compuesto en su totalidad por Neal Schon y Jon Cain (teclista), contiene tanta magia como cualquiera de los discos de los años “Perry”. Y la voz de aquel pequeño filipino...¿Qué decir de esa voz? Prácticamente me deja sin palabras. Arnel Pineda es la mejor voz que ha pasado por la banda desde el que todos ya sabemos sin lugar a dudas. Es potente, es suave, es dulce y agresiva... Es, en una palabra, increíble. No he tenido el placer de verlos en directo con su nueva formación, pero quien lo ha hecho habla maravillas del nuevo cantante. Yo, que solo puedo juzgar por lo oido en el disco, me quito el sombrero ante él. Siendo como son grandes composiciones, estoy seguro de que ninguna brillaría tanto de no ser por su vozarrón impresionante. Aun así, dejándolo a él aparte, las canciones del disco son una verdadera maravilla. Absolutos clásicos que de haber sido paridos en los 80 se hubieran convertido en éxitos indiscutibles.
El disco, al menos en la versión europea, se compone de dos cds: uno de canciones nuevas, y otro en el que reinterpretan clásicos de la banda. Este último, pese a no incorporar grandes novedades, resulta un éxito porque la voz de Pineda hace verdadera justicia a los grandes éxitos de este grupo. Incluso en ocasiones (“Open Arms” o “Lights”) parece que estemos escuchando al mismo Steve Perry. Sin embargo, lo verdaderamente bueno está en el cd dedicado a las nuevas composiciones.
Comienza el cd con “Never Walk Away”, casi una reinterpretación de “Be Good To Yourself”, que funciona tremendamente bien. Es melódico y a la vez potente. Genial como introducción al disco. Le sigue “Like a Sunshower”, que me resulta sacado de cualquiera de sus discos de los 70: un medio tiempo muy original y, cuando menos, diferente al resto de baladas que nos tienen acostumbrados. Un tema muy bueno, en mi opinión. Con “Change For The Better”, para mi, llega lo mejor de estos nuevos Journey: este tema es absolutamente un clásico de la banda. A falta de saber cómo suena en directo, lo tiene absolutamente todo: fuerza, melodía, gancho, emoción...El mejor tema del album, y eso es decir mucho. “Wildest Dreams” resulta diferente, y a mi me recuerda al album “Frontiers”, por la garra y la fuerza. Es un tema bastante más potente de lo normal, con un fiero ritmo de batería que te agarra hasta el final. “Faith In The Heartland” reinterpreta el tema con el que abrían su anterior disco, y si entonces ya era bueno, ahora es infinitamente mejor. No solo por la voz de Pineda (Augieri echaba los restos en su versión): la producción, el tempo...Todo se ha modificado y mejorado para hacer justicia a una canción que antes pasaba injustamente desapercibida. Con “After All This Years” llega la balada principal del album: la perfecta canción de boda. Es suave y dulce sin llegar a resultar cusi. “Where Did I Lose Your Love” a mi me recuerda a cualquier cosa que hicieran en los 80. Es un tema clásico con fuerza y melodía y, sobre todo, un riff que engancha a la primera. “What I Needed” no llega a ser una balada, sino un medio tiempo que va cobrando intensidad a medida que pasa. Es verdaderamente bueno, pero a mi, personalmente, es el que menos me dice del cd, aun no sé por qué. Manías que uno tiene. “What It Takes To Win” retoma el rimo y nos ofrece otro tema rockero, esta vez a medio tiempo, cargado de emoción y fuerza, otro verdadero clásico algo más oscuro y diferente a lo que nos tienen acostumbrado. “Turn Down The World Tonight” es, para mi gusto, la mejor balada, no solo del disco, si no que hayan hecho desde “Faithfully”: emotiva, con fuerza, melancólica y esperanzadora a un mismo tiempo. “Revelations” es un tema instrumental que nos muestra lo mejor de Neal Schon, y por último, “Let It Take You Back”, el bonus track europeo, nos muestra una canción que me recuerda un tanto a “Stone In Love” pero que resulta un tanto sosa. Eso sí, es fácilmente escuchable y asimilable.
En definitiva, “Revelations” es, desde mi punto de vista, el mejor disco que han hecho desde “Frontiers”. Recupera gran parte de la magia que Perry aportaba a la banda, lo que no deja de sorprender porque las composiciones están hechas entre Schon y Cain. Quizá la voz de Pineda tenga algo que ver, quién sabe. Lo cierto es que no dejo de escuchar el disco desde que cayó en mis manos y no creo que vaya a parar de hacerlo. Sobre todo ahora, en verano, estación para la que estas canciones resultan una más que apropiada banda sonora.
Recalcaba al principio la dificultad de reemplazar a Steve Perry. Y aunque sigo pensando que no puede sustituirse, ahora además, comprendo que no es necesario. Journey no necesitaba a un clon de Perry. Necesitaba a un cantante con la fuerza y la personalidad suficientes para hacerlos remontar de nuevo. Pineda tiene esas características. Solo el tiempo dirá si es apto para el trabajo, pero en lo que a mi concierne, me ha convencido de sobras. No se si es el disco del año, como dice Sawwyer, pero es un grandísimo disco.
Solo me queda añadir algo: Julledex, mamonazo, escúchalo.
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